Encuentro Nacional de Jóvenes

Los días 7, 8 y 9 de enero estaban reunidos los Jóvenes de todas las parroquias en el Congreso Nacional de JELPA en el Centro de Ministerios en Santa Rita. Oportunidad en que también asistieron los jóvenes de la Parroquias Martín Lutero. Un Congreso muy bello, donde los presentes pudieron fortalecer su fe, compartir entre hermanos y hermanas y vivir lindas experiencias. También asumieron nuevas autoridades de JELPA a quienes les deseamos Bendiciones de Dios para su labor como Comisión Directiva.




Observamos también la diversión y el sano esparcimiento que pudieron vivir y compartir en esta oportunidad

Navidad con Jesús


En los días 23-24 y 25 de diciembre se ha recordado el nacimiento del Niñito Jesús en las diversas Congregaciones de la Parroquia con hermosas relatos y versitos de los niños con que mucha emoción y alegría lo prepararon para transmitir el mensaje de navidad.

Entre los mensajes transmitidos en estas ocasiones hemos escuchado éste que queremos compartir con ustedes.

La venida de Jesús al mundo es la mejor expresión de amor de nuestro Padre Dios, para reconciliar nuevamente sus propias criaturas que quedaron en enemistad con Él a causa del pecado.

Jesús es, sin duda, el centro vital de este formidable plan de salvación para la humanidad.

Por eso, cada Navidad debemos sentir, como sintió Jesús, la urgencia de recuperar ese proyecto de Dios y permitirnos soñar un mundo diferente: sin odios, ni violencias, sin miserias y enfermedades, sin abusos y corrupciones.

Sí, podemos soñar, porque la Navidad mueve no sólo muchas economías del planeta sino que de un modo especial y misterioso moviliza los corazones que, en estas fechas, están más propensos a enlazarse y conectarse con las necesidades, angustias y problemas de otros, cercanos o lejanos…

Dejémonos invadir, sin ningún temor, por esa corriente impetuosa de amor, alegría, unión y perdón que nos trae el recuerdo de un Dios Niño, para generar actitudes nuevas y cambios importantes en nuestras vidas y en los demás.

Desprendámonos de las cosas vanas que pueden detenernos: el rencor, la envidia, la comodidad, el egoísmo…

Avancemos al nuevo año con el espíritu renovado, con el afán de lucha y la esperanza a flor de piel para emprender planes personales y sociales de justicia y caridad.

Seamos un aporte certero en la restauración del sueño de felicidad para la cual fuimos creados por nuestro Padre Dios.